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La adaptación al cambio climático hasta 2030 en España incorporará los DDHH, y el enfoque de género y equidad social

El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático para el periodo 2021-2030 en España incorporará un enfoque de derechos humanos, tendrá en cuenta la perspectiva de género, la equidad, la interacción entre la mitigación y la adaptación así como un enfoque sistémico que busque propiciar un nuevo enfoque de los estilos de vida, según ha explicado el Ministerio para la Transición Ecológica.

Así consta en el Informe de Evaluación del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC), que analiza el primer plan español de adaptación al cambio climático y que incluye un esbozo para la elaboración del segundo PNACC para el periodo 2021-2030, y que ha sido presentado este martes por la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui.

Ulargui ha destacado que el PNACC-2 prestará atención a aspectos emergentes en el campo de la adaptación al cambio climático, entre los que destacan la influencia de factores sociales y demográficos en la vulnerabilidad ante el cambio climático.

En concreto, en materia de derechos humanos, el objetivo de la adaptación al cambio climático es proteger y cumplir los derechos de las personas vulnerables a la emergencia climática, en el marco de la agenda 2021-2030.

Así, la directora general ha apuntado que el nuevo plan incorporará 38 recomendaciones detectadas a lo largo del primer PNACC desde 2006 y que terminará en 2020, con el objetivo de frenar los efectos del impacto del cambio climático en España.

El proceso de evaluación para la adaptación de España al Cambio Climático se inició en el marco del proyecto LIFE Shara ‘Sensibilización y conocimiento para la adaptación al cambio climático’, dirigido a lograr una sociedad mejor adaptada al cambio climático, cooperando con todos los actores implicados, generar conocimiento y aumentar la sensibilización social.

El PNACC, aprobado en 2006, fue el segundo documento de planificación en materia de adaptación de ámbito nacional en Europa después de la Estrategia de Adaptación de Finlandia (2005).

Así, el proceso de evaluación de este plan se inició formalmente en febrero de 2018, con la constitución de un grupo asesor, formado por expertos de diferentes ámbitos: instituciones europeas, Administración General del Estado, comunidades autónomas, sector académico y sector no gubernamental.

Durante la evaluación se han recabado opiniones, valoraciones y sugerencias de profesionales en el campo de la adaptación en España en el marco de una encuesta completada por 300 personas y un conjunto de entrevistas en profundidad.

Ulargui ha señalado en una reunión informativa que de este trabajo se deduce que la mayoría considera «urgente» actuar contra los riesgos derivados del cambio climático, con un índice de urgencia de 8,7 en una escala de 10, si bien hay diferencias relevantes en cuanto a la percepción del riesgo para los distintos impactos.

Además, más del 80 por ciento considera que existe un riesgo alto derivado del cambio climático en las zonas costeras, los suelos y la desertificación, y en la biodiversidad, mientras que el 73 por ciento identifica los impactos sobre la salud también como un riesgo alto.

Sin embargo, una minoría (en torno al 40% y menos) aprecian ese riesgo alto en sectores como las finanzas y seguros, el turismo y la industria. «Es evidente que se hace necesario trabajar para que estos sectores conozcan y puedan estar preparados ante los riesgos a los que tendrán que hacer frente», ha asegurado la directora de la Oficina Española de Cambio Climático.

Entre los logros del primer PNACC, los responsables han expresado en las encuestas la capacidad de situar los planes de adaptación y mitigación en las agendas de las instituciones, canalizar los recursos económicos y técnicos hacia la adaptación o movilizar a actores relevantes en materia de adaptación.

Por otro lado, entre las 38 recomendaciones para el PNACC-2 destacan otros aspectos emergentes como la influencia de factores sociales y demográficos en la vulnerabilidad ante el cambio climático; la consideración de los riesgos en España que se derivan de los efectos del cambio climático más allá de sus fronteras, o el papel de los estilos de vida en la creación de resiliencia frente al cambio del clima, entre otros.

Entre las 38 recomendaciones figuran cuestiones generales, los recursos necesarios, la estructura del plan, las nuevas temáticas y los enfoques de trabajo, la normativa y las políticas públicas, generación de conocimiento, movilización de actores, participación y gobernanza o evaluación y seguimiento.

Los responsables del OECC han destacado también que el segundo PNACC debe seguir generando y facilitando el acceso a conocimiento de calidad sobre los impactos y riesgos del cambio climático y la vulnerabilidad derivada de los mismos en los diferentes sectores y ámbitos de trabajo, muy especialmente en los sectores más relevantes y en los menos atendidos en el primer PNACC.

Asimismo, Ulargui ha concluido su discurso afirmando que «se debería avanzar en el diseño e implementación de medidas eficaces, eficientes y reconocibles de adaptación en todos los sectores y ámbitos geográficos, especialmente en los que la respuesta sea más necesaria y urgente».

Fuente: La Vanguardia