España ha pedido a la Comisión Europea que su plan de simplificar las reglas de sostenibilidad medioambiental y social de las empresas no suponga un paso atrás en los objetivos climáticos de la Unión Europea, una postura que difiere de la de Francia y Alemania.
En una carta enviada al Ejecutivo comunitario, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, y el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, subrayan la «importancia» de que este ejercicio de simplificación se lleve a cabo «sin cuestionar» la ambición en valores europeos fundamentales y «asegurando la certidumbre y estabilidad regulatoria «.
«Cientos de compañías están haciendo progresos para lograr los objetivos climáticos. Eliminar ciertas obligaciones no mejoraría necesariamente nuestra competitividad, pero genera el riesgo de enviar una peligrosa señal de retroceso en nuestros valores y ambiciones europeos fundamentales», dice la misiva dirigida a los cuatro comisarios responsables de la propuesta, entre ellos la vicepresidenta Teresa Ribera. La Comisión Europea prevé presentar el próximo 26 de febrero la primera de sus propuestas ‘ómnibus’ para hacer más sencilla la legislación comunitaria en un intento de reducir la carga administrativa de las empresas europeas, que señalan este factor como una de las grandes barreras para competir con las firmas chinas o estadounidenses.
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