La ministra para la Transición Energética y el Reto Demográfico no se replantea ampliar la vida de las plantas y considera que la crisis del gas es un impulso para acelerar la transición hacia un modelo 100% renovable
España se mantiene firme en su lucha contra la energía nuclear. Los planes del Ejecutivo de Pedro Sánchez para cerrar las centrales nucleares que quedan operativas en el país entre 2027 y 2035 siguen la senda establecida pese al encarecimiento del gas desde el inicio de la guerra en Ucrania, la ampliación de la operativa en otros países como Francia y la decisión de la Comisión Europea de considerarla como una energía verde. La estrategia de España, en cambio, pasa por aprovechar la crisis energética como impulsor del cambio hacia un modelo basado en las renovables.
Preguntada por la ampliación del uso de nucleares en países vecinos durante el encuentro «Conversaciones con…» de LA RAZÓN, Teresa Ribera apuntó que «los pobres franceses no están en el mejor momento para hablar de estabilidad en el ámbito nuclear». La ministra para la Transición Energética y el Reto Demográfico señaló que desde enero Francia tiene su parque nuclear funcionando entre el 35% y el 50% de su actividad. «Al hablar de la seguridad energética para este invierno, sabemos que el factor más relevante es cómo le vaya a Francia y a Portugal. A Portugal desgraciadamente le va mal por la sequía», explicó, un problema que también afronta España y para el que se prepara con unos planes hidrológicos, modernos, equilibrados.
«España está funcionando de batería con Portugal aportando el 35% de la electricidad que consume. Pero es que España está funcionando al máximo de su capacidad exportadora como consecuencia de este estado preocupante del parque nuclear francés que no tiene visos de recuperarse próximamente y que se vio agravado por la falta de agua y las altas temperaturas, hasta el punto de lanzar un llamamiento a todos sus vecinos en octubre para que mantuviésemos las exportaciones de electricidad al máximo», argumentó Ribera.
España es así el único país que dispone de tecnología nuclear que no se plantea alargar la vida de sus centrales o construir nuevas para asegurar el suministro energético a medio y largo plazo. Para Ribera, la situación energética de España es menos crítica que la de sus vecinos europeos y prima la responsabilidad de promover la transformación del modelo energético. Por ello, consideró que el calendario de cierre de centrales nucleares «sigue siendo válido». «Creemos que es posible cumplir con ese calendario de cierre y eso nos obliga a hacer un esfuerzo en renovables y en almacenamiento de renovables para dar seguridad al sistema», declaró la vicepresidenta tercera.
Asimismo, Ribera afirmó que «entrar en un ciclo completo nuevo de centrales nucleares» no es la opción preferida de los inversores y «de cara a movilizar una cantidad de recursos públicos muy importantes habría que pensar si tiene sentido, cuando además tampoco es la opción natural desde el punto de vista de la estabilidad y la seguridad».
El Gobierno plantea un sector eléctrico 100% renovable para 2050, una meta que tampoco se verá alterada por la crisis del gas, al contrario, «con la que está cayendo, es un motivo adicional para ir a más velocidad», aseguró Teresa Ribera. «La constatación de la fragilidad que representa para Europa esa adicción a combustibles como el gas nos hace reflexionar sobre lo importante que es ir reduciendo a toda velocidad esa dependencia e ir sustituyendo esta energía por otras alternativas», apostilló.
La ministra de Transición Energética volvió a insistir en que «sin energías renovables tendríamos precios mucho más altos como los que tienen otros países europeos que dependen más del gas y del carbón» y señaló que esta apuesta por las energías limpias también será un imán de inversión y de innovación industrial, tecnológica y de servicios.
Fuente: La Razón