La coalición de las familias políticas proeuropeas que ha sostenido a la Unión Europea durante décadas afronta una de las semanas más delicadas de su historia, ante la ruptura de puentes entre populares y socialdemócratas a cuenta de la aprobación de la nueva Comisión Europea, incluyendo el cargo de la española Teresa Ribera. Lo que suceda en los próximos cinco días en Bruselas será clave para determinar si el Parlamento Europeo puede celebrar el miércoles 27 el voto de aprobación del nuevo Ejecutivo en su conjunto para que éste pueda empezar mandato el 1 de diciembre y, desde un prisma más amplio, para la supervivencia de la coalición. Aunque la relación entre populares y socialistas haya saltado por los aires esta semana, la tensión venía acumulándose desde septiembre, cuando el Partido Popular Europeo usó por primera vez su mayoría alternativa con la extrema derecha de los Conservadores y Reformistas, los Patriotas por Europa y la Europa de Naciones Soberanas para sacar adelante una resolución sobre Venezuela.
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