Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) han sido incapaces de alcanzar un acuerdo unánime este jueves para eliminar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2050 por los problemas de Polonia para asumir este objetivo.
Los Veintiocho volverán a debatir esta cuestión en junio del próximo año. Los líderes de la UE ya intentaron alcanzar la unanimidad de este acuerdo en la cumbre europea del pasado mes de junio, pero el objetivo fue vetado entonces por Polonia, Hungría, República Checa y Estonia.
En esta ocasión, solo Polonia se ha desmarcado del pacto, que debía tomarse por unanimidad, lo que ha impedido a los países alcanzar un acuerdo vinculante para alcanzar la neutralidad climática a mitad de siglo. Es decir, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero todo lo posible y compensar las restantes.
Así lo ha explicado la canciller alemana Angela Merkel en una rueda de prensa celebrada en Bruselas tras finalizar el encuentro de los líderes de la UE, en la que ha señalado que Polonia necesita «más tiempo» para adherirse a dicha meta.
El presidente del Consejo europeo, Charles Michel, ha presentado el resultado de la reunión como un éxito para la UE porque hay un acuerdo sobre este asunto, pero ha admitido que un Estado miembro todavía no puede dar su visto bueno y, por eso, los jefes de Estado y de Gobierno deben volver a esta cuestión dentro de seis meses.
«Es una importante decisión la que tomamos porque la neutralidad es un objetivo común, pero es correcto decir al mismo tiempo que, en este momento, un Estado miembro no es capaz de comprometerse con implementar este objetivo, lo que significa que habrá una nueva reunión del consejo para considerar la situación de este país», ha justificado el belga.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también ha celebrado el resultado del «intenso debate» de los líderes que, a su juicio, ha concluido con el aval de los Veintisiete a su «compleja» estrategia para el clima.
Von der Leyen, además, ha afirmado que «todos» en la UE son conscientes de que «no todas las regiones parten del mismo punto y que para algunos países o sectores será más difícil alcanzar» el objetivo de la neutralidad carbónica.
En Madrid, el tiempo apremia y, aunque la cumbre del clima (COP25) avanza con paso firme para consensuar un acuerdo global contra el cambio climático, las negociaciones podrían alargarse al menos hasta la madrugada.
En declaraciones a Efe, el secretario español de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha señalado que hay un bloque de países convencidos de que se avanza en la negociación y una sociedad que sigue empujando, lo que «nos hace albergar la esperanza de que esta cumbre sea capaz de dar las respuestas adecuadas sobre la capacidad de acuerdo de la comunidad internacional».
No obstante, Moran ha matizado que «es mejor tomarse todo el tiempo necesario para alcanzar un buen acuerdo».
Como suele ser costumbre en estas citas mundiales climáticas, el final podría prorrogarse hasta el sábado y, aunque la presidencia chilena -liderada por Carolina Schmidt- pretende tener listo el documento para que la cumbre finalice hoy, el mayor escollo continúa en la regulación de los mercados de carbono.
Desde el pasado martes -en que llegaron a Madrid ministros y representantes de alto nivel para participar en las negociaciones- y hasta hoy, esta cita ha contado con pocos avances, lo que ha motivado que desde numerosos sectores se apelara a la ambición para que la Cumbre de Madrid no terminara en fracaso.
En la misma línea, se ha pronunciado el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien a primera hora de esta mañana apeló en su cuenta de Twitter a una mayor ambición entre todos los países para evitar que las temperaturas suban más de 1,5 grados.
La ministra española en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, admitió este jueves que «las tensiones» en las negociaciones de la COP25 se centran en la disparidad de los países sobre el ritmo de su ambición climática.
La responsable ministerial, anfitriona de la cita, ha añadido que todos «deberíamos estar reduciendo nuestras emisiones» contaminantes globales, aunque «hay países que se escudan en lo que hasta ahora ha sido insuficiente».
«Hay muchas partes que dicen que tenemos que ir más deprisa, tener mas ambición y reforzar el papel de la ciencia, mientras que otros pretenden que nos quedemos en esa letra pequeña del paso a paso y esas dos visiones se ven ya con mucha claridad».
Eso explica, según Ribera, designada como facilitadora -una figura para impulsar las negociaciones- por qué muchos grupos de negociación están aún en un estado de espera, propio de estos últimos días de discusiones en la conferencia.
En su opinión, «hay que capturar la ambición en esta cumbre», en una cita denominada de transición hacia la de Glasgow en 2020, cuando los países deberían aumentar sus compromisos con el clima, tal y como suscribieron en el Acuerdo de París.
Esta mañana, Jeniffer Morgan, CEO de Greenpeace International, se ha pronunciado en nombre de la sociedad civil y ha calificado de «inaceptable» que las negociaciones continúen estancadas y ha apelado por una solución inminente, porque «cuesta más dinero no actuar, que tomar decisiones ahora».
Fuente: Expansión