En la Unión Europea existe consenso en acelerar la transición a las energías verdes. Pero se descarrila cuando salta al ruedo la dependencia de la cadena de suministros de China. Una salida lógica pareciera la de extraer las tierras raras existentes en los países miembros de la unión. Reimpulsar la minería en la UE. No tan rápido.
La minería tiene bien ganada una mala reputación de irrespetar las legislaciones ambientales. Nadie agradece la instalación cerca de su casa de una industria depredadora que poca o ninguna ganancia deja. Saben que una vez que se instala, el panorama cambia. Generalmente para mal. La tecnología electrónica cambió el pívot de los combustibles fósiles a las tierras raras como gran motor. La UE ha identificado 30 materias primas críticas, de las cuales 19 se importan desde China, incluidas las tierras raras (el bloque importa el 98%), el magnesio y otros minerales claves para la fabricación de baterías y componentes de circuitos.
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