Los líderes de la Unión Europea (UE) vincularon este jueves el impulso a la competitividad del bloque al aumento de la inversión en defensa, que prevén multiplicar en los próximos años a través de un plan de rearme que priorizará las compras de equipamiento europeo.
«La necesidad de invertir en nuestra defensa y nuestra competitividad están estrechamente ligados», dicen las conclusiones aprobadas durante la cumbre de los Veintisiete, que ponen el foco en la urgencia de mejorar los mercados de capitales para movilizar financiación privada y de rebajar los precios de la energía. Este vínculo entre una economía y una defensa «fuertes» fue enfatizado por «varios líderes» durante la sesión vespertina dedicada al ámbito económico en la que también participaron la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, según describen fuentes comunitarias. La defensa se suma así a la descarbonización y la digitalización como catalizador del impulso que los Veintisiete aspiran a dar a la industria europea y, en general, a su economía para poder competir con potencias como China o Estados Unidos en un contexto global de creciente rivalidad geopolítica.
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