Un estudio internacional liderado por el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA) del CSIC, organismo dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MICIU), señala que el carbono orgánico de los suelos de las zonas áridas puede ser más vulnerable de lo esperado al cambio climático. Los resultados, publicados recientemente en la prestigiosa revista Nature Climate Change, sugieren que el actual calentamiento global y el incremento de aridez pueden suponer pérdidas imprevistas del carbono almacenado en los suelos de ecosistemas áridos en todo el planeta y generar más emisiones de CO₂ a la atmósfera. Personal investigador de seis centros del CSIC, entre los que se encuentran el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS), la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), la Misión Biológica de Galicia (MBG) y el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), ha formado parte del equipo científico que ha estudiado las zonas áridas de todo el planeta, excepto la Antártida. Estos ecosistemas ocupan casi la mitad de la superficie terrestre y sus suelos constituyen una reserva enorme de carbono orgánico que proporciona servicios ecosistémicos esenciales, como el suministro de alimentos y la regulación del agua y el clima.
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