La cumbre del G20 en Rio de Janeiro logró pocos avances climáticos en su declaración final, revelada este lunes, en la que incluyó pedidos de alto el fuego en Gaza y Líbano, a la vez que respaldó «iniciativas» para una paz «justa y duradera» en Ucrania. Las decisiones de los principales líderes mundiales eran muy esperadas para intentar hacer avanzar las negociaciones climáticas en la COP29 de Bakú (Azerbaiyán), estancadas en torno a la financiación contra la crisis ambiental y la transición de energías fósiles a limpias. Pero la declaración final evitó mencionar el compromiso que la comunidad internacional adoptó en la COP28 de salir progresivamente de la dependencia de las energías fósiles, a pesar del llamado del secretario general de la ONU, António Guterres, para que se hicieran «concesiones» para salvar el planeta. «Los líderes están devolviendo la pelota a Bakú, pero el problema es que quien puede tomar las decisiones (los propios mandatarios) está en Río», dijo a la AFP Mick Sheldrick, cofundador de la ONG Global Citizen. “No han dado la talla», no hay «ni siquiera una referencia de lo que se consiguió en la COP28», agregó. «Esto probablemente va a dificultar la consecución de un acuerdo» en Bakú.
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