Dos tercios de los ingresos de las entidades obtenidos de clientes empresariales no financieros procedían de sectores intensivos en emisiones de gases de efecto invernadero
Los fenómenos extremos meteorológicos cada vez se repiten con más frecuencia, y aunque muchos sectores han tomado cartas en el asunto, no todos lo han hecho. Uno de ellos es la banca. Alrededor del 60% de las entidades bancarias no cuentan con marcos sólidos de pruebas de resistencia sobre riesgo climático y tampoco disponen de suficientes datos sobre el mismo. Esta es la principal conclusión extraída por el Banco de España de la prueba de resistencia climática, pero no la única. En términos agregados, casi dos tercios de los ingresos de las entidades obtenidos de clientes empresariales no financieros procedían de sectores intensivos en emisiones de gases de efecto invernadero que, además, están concentrados en un número limitado de contrapartes de gran tamaño, algo que incrementa su exposición a los riesgos de transición. «En general, se observa que las entidades no están suficientemente preparadas para cumplir con los requerimientos de información sobre riesgos climáticos y medioambientales», ha lamentado Mercedes Olano, directora general de Supervisión del Banco de España, durante una intervención sobre finanzas sostenibles.
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