Desvincularse del creciente sector chino de las energías renovables está resultando más fácil de decir que de hacer, ya que el país está estrechando su control sobre esta crucial y estratégica industria.
Los productores chinos han inundado los mercados con elementos de tierras raras y metales para baterías como el litio, lo que ha provocado grandes caídas de precios y ha hecho insostenible la continuidad de las operaciones de sus competidores.
Estados Unidos, con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) de 2022 adoptó medidas audaces para promover la producción nacional de minerales críticos, con el doble objetivo de apoyar una rápida transición energética y disminuir la dependencia estadounidense de China y Rusia, dos países que el Departamento de Energía de EE. UU. ha etiquetado como «entidad extranjera preocupante» (FEOC, por sus siglas en inglés).
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, China representa el 70% de la extracción mundial de tierras raras y el 90% de la producción refinada.
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