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La resistencia de la UE a dejar el carbón pone en riesgo el Acuerdo de París

La demora de muchos de los países de la Unión Europea (UE) a la hora de poner fin a la quema de carbón para generar electricidad pone en riesgo el cumplimiento del Acuerdo de París contra el cambio climático, según alerta un informe presentado este miércoles. Este pacto climático busca limitar el aumento de la temperatura a través del recorte de las emisiones de gases de efecto invernadero que expulsan a la atmósfera instalaciones como las centrales termicas. Para cumplir con París (y hacerlo de la forma más eficaz desde el punto de vista económico) los miembros de la UE (al igual que los que forman parte de la OCDE) deben dejar de usar el carbón para producir electricidad en 2030. Pero la UE está muy lejos de ese objetivo, según el análisis elaborado por la Red Europea de Acción Climática (CAN por sus siglas en inglés) y por el think tank Sandbag. Este informe insta a los países a mejorar sus planes de energía y ser más ambiciosos.

Veintiún de los 28 Estados de la UE (entre ellos España) todavía emplean el carbón, el combustible fósil que más CO2 expulsa de todo el sector eléctrico de Europa. En estos momentos, la capacidad instalada de las centrales de carbón de toda la UE es de 143 gigavatios (GW). Y, según los planes energéticos que los países han tenido que presentar a la Comisión Europea, en 2030 todavía quedarán activos 60 gigavatios, es decir, un 42% de la potencia actual.

En concreto, según el informe, 11 países todavía seguirán produciendo electricidad con carbón a finales de la próxima década. En el lado opuesto están ocho Estados (entre los que no se encuentra España) que en sus planes energéticos fijan el fin de este tipo de centrales contaminantes. En 2018, estas plantas emitieron a la atmósfera 625 millones de toneladas de CO2, lo que supone alrededor de un 15% de todos los gases de efecto invernadero que la economía de la UE expulsó el pasado año.

Por eso el cierre del carbón es fundamental en la lucha contra el cambio climático. «El informe de CAN y Sandbag insiste en la necesidad de planes ambiciosos de cierre para el carbón si queremos descarbonizar la economía para 2050», apunta Guillermo Ramo, abogado del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), que forma parte de la CAN.

El problema, por volumen, se centra en seis países: Polonia, Alemania, República Checa, Bulgaria, Rumania y Grecia. Estos Estados son los que cuentan con mayor potencia instalada ahora y en los que seguirá teniendo el carbón un peso importante todavía en 2030. El informe critica que la mayoría (República Checa, Grecia, Polonia y Rumania) está recibiendo apoyo económico del fondo específico de la UE para la «transición justa» del fin del carbón a pesar de que «muestran poca o ninguna intención de disminuir» el uso de este combustible para 2030.

La ambigüedad de España

El informe no ubica a España entre los países más avanzados de la UE, que son los que sí tienen previstos calendarios concretos de cierre (Francia, Irlanda, Italia, Holanda, Finlandia, Portugal, Dinamarca y Austria). Guillermo Ramo explica que el de España es un «caso especial por su ambigüedad». En el plan enviado hace unos meses a Bruselas por el Gobierno antes de las elecciones del 28 de abril, se afirma por un lado que las condiciones del mercado (caída de costes de renovables y los precios del CO2) hacen «virtualmente inevitable la desaparición de la generación eléctrica con carbón para 2030». Sin embargo, a continuación, en el plan se afirma que «no es descartable que se mantenga parte de la potencia instalada allí donde se han acometido inversiones para cumplir con el marco comunitario» de lucha contra las emisiones.

En cualquier caso, Guillermo Ramo sostiene que, aunque el plan enviado a Bruselas tiene «aspectos positivos», es una «oportunidad perdida» por no fijar una fecha del fin del carbón. Este especialista sostiene que España tiene capacidad para dejar de producir electricidad con este combustible fósil en 2025, «una fecha factible al no suponer un peligro para la seguridad de suministro».

Planes todavía no definitivos

Como ocurre con el resto de planes nacionales de energía y clima de los Estados de la UE, CAN pide a España que aumente sus metas y medidas para alinearse con el cumplimiento del Acuerdo de París. Porque los Veintiocho todavía están a tiempo de mejorarlos. La Comisión Europea está ahora analizando los planes de cada país, que son todavía borradores.

Juntos los programas climáticos de todos los miembros de la UE tienen que sumar para que la UE cumpla con sus compromisos de reducción de emisiones. Está previsto que a finales de junio la Comisión termine su revisión y haga recomendaciones a los Gobiernos.

Fuente: El País